Tierra de Jauja

VEGA BAJA: LA TIERRA DE JAUJA

Los vecinos de la Vega Baja (agricultores de toda la vida) estamos asistiendo al entierro bestial de nuestra huerta. Parece de ciencia ficción de una semana a otra te encuentras una nueva urbanización, tres nuevas viviendas en dos taullas, y todo pasa ante la permisividad, cuando no colaboración de nuestros mandatarios locales.

Para que este expolio se pudiera llevar a cabo primero había que cargarse la agricultura tradicional: el robo del agua, la contaminación consentida, la salinidad, la ausencia de voluntad política para buscar alternativas a la desvalorización constante de la agricultura fueron y van en esa línea. Luego, cuando ya se ha conseguido “convencer” a los agricultores de que no merece la pena mantener un patrimonio que no les da más que problemas, aparecen los especuladores, los modernos salvadores de la huerta, ofreciendo un capital por las tierras de cultivo para dedicarlas a lo que mucha gente llama “el progreso”: la actividad urbanística. Actividad a veces legalizada por los ayuntamientos y otras totalmente ilegales, pero con el visto bueno de algunos de nuestros alcaldes. Alcaldes hipócritas que no han dudado en ocasiones en apoyar movilizaciones en demanda de la recuperación del río y en defensa de la huerta aunque, eso sí, sin mojarse mucho, y ahora, o no hacen nada o alientan su destrucción favoreciendo el avance urbanístico aunque sea ilegal. Se han incorporado al “progreso” y así los hay que consienten campos de golf, y viviendas, claro. Otros, más “inteligentes”, compran terrenos rústicos por cuatro perras que luego (casualidades de la vida) entran dentro de los terrenos incluidos en el Plan General de Ordenación Urbana de otro ayuntamiento amigo, para seguir con las casualidades, con lo que los susodichos terrenos se recalifican y se venden por unas cantidades que multiplican por 30 su valor inicial. Parece cosa de chiste, pero es la realidad. Se están dejando perder todos los lugares que constituyen las señas de identidad de nuestra comarca sin que los políticos que nos desgobiernan hagan nada, bueno, algo sí hacen: reciben dinero para algunos actos festeros del pueblo, se van a comer a buenos restaurantes, igual juegan al golf (deporte de moda) y, alguna vez, hasta pondrán el cazo.

Con el Plan General de Ordenación Urbana de Almoradí está pasando algo curioso, fruto- como no podía ser de otra manera- de la “casualidad”. Personas, creemos que “ bien informadas”, las cuales dispondrán, a buen seguro, de un acceso bastante directo a esa información, compran terrenos en los alrededores del pueblo y, mira por donde, el ensanche pasa por allí. Además se propone la inclusión como terreno urbanizable de unos 19 millones de metros cuadrados, aproximadamente el 50% del término, como ya se ha dicho en bastantes ocasiones, lo que supone un incremento de la población que multiplicaría por diez el actual número de habitantes, sin que nadie pueda asegurar que los servicios correrán paralelos a ese desarrollismo, hipotecando las condiciones de calidad de vida de los futuros ciudadanos/as de la localidad. Se actúa así, según se dice, por competencia con el resto de municipios de la comarca: si todos los ayuntamientos intentan recalificar como urbanizables cuantos más terrenos mejor, ¿ porqué nosotros no?.La idea de que el progreso está indisolublemente unido al urbanismo les hace perder de vista que para que este esté al servicio del ciudadano y no al revés, es necesario tener un modelo de ciudad, un modelo que favorezca la habitabilidad, la convivencia, las relaciones humanas y ciudadanas, que dé satisfacción a las necesidades de las personas. En definitiva un modelo que dote de mayor calidad de vida al conjunto de la ciudadanía, aunque eso suponga que los especuladores y/o urbanizadores no se llenen tanto sus bolsillos. Por el contrario, pensamos que el planeamiento propuesto, responde fundamentalmente al interés de apoyar al máximo el proceso de urbanización desmedida, que es una realidad en bastantes pueblos de la comarca y que se quiere que lo sea en Almoradí también. Así “progresaremos”, como lo hacen los demás municipios y, claro que “ progresaremos”, lo que ocurre es que algunos lo harán a la velocidad de la luz y otros, la mayoría, a ritmo de tortuga. Y en algunas cuestiones el tan cacareado progreso supone, para la mayoría de la población, un auténtico retroceso, como en el tema de la vivienda, en la que estamos asistiendo desde hace algunos años a un incremento desorbitado de su precio, en nada equiparable al aumento de los salarios. Así que ¿cómo podemos hablar de progreso si, para poder adquirir una vivienda, hoy es necesario endeudarse durante muchísimo más tiempo que hace algunos años y eso que los intereses hipotecarios son ahora bastante más bajos que entonces?. ¿No será que el “progreso” es solamente para algunos?. Evidentemente lo es para aquellos que, como dice el título, creen que están en la tierra de Jauja y sólo les importa llenarse, aún más, los bolsillos aunque sea a costa de hipotecarnos el futuro.

Almoradí, 13 de mayo de 2.005

Juan Antonio Menárguez Garri

Concejal de E. U.

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